Todos saluden a Su Real Majestad...
Tras una tragedia impensable, Emilia Lancaster se ha convertido en algo que nunca imaginó posible: la Reina reinante de Germania.
Aún tambaleándose por los violentos ataques antimonárquicos contra su reino, sumida en el dolor por la reciente pérdida de su padre y desconsolada por la traición de sus aliados más cercanos, la recién nombrada reina se encuentra más aislada que nunca a pesar de que todo el país la vigila en todo momento.
Nada le gustaría más que huir de las miradas entrometidas del público, de los planes políticos que se desarrollan a su alrededor y, quizás más que nada, de los dolorosos recuerdos de Carter Thorne, el hombre que le robó el corazón sin pedir permiso. Pero huir no es una opción, no cuando hay un imperio que gobernar.
Así que Emilia hace lo único que puede: se pone la corona, sonríe y actúa como la soberana firme que sus agitados súbditos necesitan que sea.
Non sibi sed patriae.
No para sí misma, sino para el país.
Después de todo lo que le ha pasado en los últimos meses, Emilia supone que ha pasado lo peor. Está equivocada. El peligro está más cerca que nunca. Enemigos imprevistos acechan fuera de la vista, decididos a acabar con la línea de los Lancaster, de una vez por todas. ¿Su objetivo final? La ardiente nueva reina de Germania.
Mil gracias a LRDC!
Tras una tragedia impensable, Emilia Lancaster se ha convertido en algo que nunca imaginó posible: la Reina reinante de Germania.
Aún tambaleándose por los violentos ataques antimonárquicos contra su reino, sumida en el dolor por la reciente pérdida de su padre y desconsolada por la traición de sus aliados más cercanos, la recién nombrada reina se encuentra más aislada que nunca a pesar de que todo el país la vigila en todo momento.
Nada le gustaría más que huir de las miradas entrometidas del público, de los planes políticos que se desarrollan a su alrededor y, quizás más que nada, de los dolorosos recuerdos de Carter Thorne, el hombre que le robó el corazón sin pedir permiso. Pero huir no es una opción, no cuando hay un imperio que gobernar.
Así que Emilia hace lo único que puede: se pone la corona, sonríe y actúa como la soberana firme que sus agitados súbditos necesitan que sea.
Non sibi sed patriae.
No para sí misma, sino para el país.
Después de todo lo que le ha pasado en los últimos meses, Emilia supone que ha pasado lo peor. Está equivocada. El peligro está más cerca que nunca. Enemigos imprevistos acechan fuera de la vista, decididos a acabar con la línea de los Lancaster, de una vez por todas. ¿Su objetivo final? La ardiente nueva reina de Germania.
Mil gracias a LRDC!